Húmedos mis ojos cuando vos pienso y si te demuestro lo que valés, te pierdo. Es así, cuanto más te quiero más te alejo, lo sentí, ahora me acuerdo. No puedo encontrar luz más intensa que la que me creás por dentro, que en vos veo. Sí, suelo perder momentos valiosos por tener la mente en el cielo, me das recuerdos, vuelvo al suelo. Sufro al sentir fallar en tu peor momento, estar solo, no verlo y saberlo. Tantas risas, tantos llantos y a pesar de todo vuelvo. Hoy pierdo. Solo tengo un momento, o eso creo. Un destino,o eso siento. Respiro, tu aliento dentro dura lo mismo que un cuento una vez leído y no sacarle más provecho, y mis páginas son eternos sentimientos que se reescriben, vuelvo al comienzo. Entenderás tus deseos no cumplidos, no podés borrarlos, ya existieron. Apartame de tu camino, rei cuando tropiezo, te entretenés tanto y no te das cuenta. No estoy, no desaparezco, me vas a seguir viendo, ya elegiste el color. Vamos a ver el resto solo en su momento, un destino. El mar se convirtió en barro, me avisó, acertó de nuevo. No tiene sentido, no quiero verlo, pero es fácil y sencillo, crezco y muero.

Me dijo una gitana que un día palmás y lo que no hayas dicho te lo vas a llevar con vos para el nicho. Si creés que merece la pena digas lo que sentís, que a veces cuesta, pero al menos que lo intentes.

¿Sabes lo que te quiero decir? Cuando haces el balance de lo que vivís y de lo que te gustaría vivir. Esos gestos que se grabaron a fuego, esos ojos que del brillo te dejaron ciego, y las veces en las que lo áspero se vuelve tierno. Aquel abrazo que solo duró segundos y dejó en ridículo a todas las palabras del mundo. Llorar de rabia, sentirse impotente, llorar sin saber por qué o sabiéndolo perfectamente. Cristalino, claro, transparente como lentes, y se me partió una muela de tanto apretar los dientes. Momentos para el recuerdo y para el olvido, la mente haciendo equilibrios y el corazón dividido. Las veces en las que el cuerpo es demasiado pequeño y sientes algo tan fuerte que se te quita el sueño. Voy a vivir mientras que el alma me suene, mientras me quede algo o alguien que me llegue y que me llene.